Son ya muchas las personas que ponen en duda que los atentados del 11-S fueran en verdad obra de al-Qaeda. Este mes se recuerda el primer atentado al World Trade Center, hace 16 años, que si bien quedó olvidado por la magnitud del segundo atentado, aquel se cobró la vida de seis personas e hirió a más de mil.
Una furgoneta cargada de explosivos explotó en una de las plantas subterráneas, dejando un agujero de 18 metros cuadrados. El ideólogo del ataque fue Ramzi Ahmed Yousef que decía haberlo hecho por las relaciones que los Estados Unidos mantenían con Israel. En 1998, durante su juicio, dijo que estaba orgulloso de ser terrorista (en el 94 había atentado también contra un avión de Philippine Airlines, matando a un pasajero japonés). Fue también juzgado en USA por lo sucedido en las Islas Filipinas, a lo que alegó que no tenían jurisdicción para ello, pero evidentemente esto a los jueces norteamericanos y filipinos les dio igual. De todas maneras, influyó en la decisión judicial de condenarle a 240 años (acumulación de pensas que se traduce en la práctica como cadena perpetua, en España en cambio, nunca estarán más de treinta años en la cárcel por muy horrible que sea el atentado que hayan causado, lo que significa que si el terrorista tiene 25 años, por ejemplo, saldría con 54 o 55, una edad perfecta para seguir con su actividad terrorista), influyó no solamente el que no se arrepintiera por sus actos sino el ser pariente de un lugarteniente de Ben Laden encargado de las actividades de la red al-Qaeda en Filipinas: Khalid Shaik Mohamed.
Por lo tanto, pareciera, en principio, que el 11-S sea en efecto un ataque de al-Qaeda, un segundo intento de acabar con el World Trade Center, el centro financiero de Estados Unidos, la principal superpotencia mundial y considerado el Anticristo por los islamistas radicales (la figura del Anticristo es conocida y temida por el Islam; para los musulmanes, se trata de un falso profeta que aparecerá en los lugares santos del Islam al final de los tiempos, pudiendo ser un atractivo dirigente político, arrastando a millones de seguidores gracias a sus promesas de un mejor Mundo y a sus milagros para terminar dominando a la Humanidad en nombre del Demonio hasta la segunda venida de Jesucristo, el redentor, quién es muy respetado por los musulmanes, en contra de lo que se piensa. Durante mucho tiempo, la mayoría de los musulmanes radicales consideraron a Bush el Anticristo pero pareciera que esta figura demoníaca y apocalíptica sea para ellos realmente los propios Estados Unidos, esto es, cualquier inquilino de la Casa Blanca representaría para los fundamentalistas islamistas el Mal que pretende acabar con su religión y el Mundo, por lo que los Estados Unidos siempre serán objetivo de al-Qaeda o grupos afines).
Una de las preguntas que muchos se hacen, con respecto al 11-S es: ¿cómo pudieron caer las torres gemelas del modo que lo hicieron al ser atacadas a la altura que lo fueron? Más parecía obra de una demolición controlada que del choque de un avión. Tan seguros están algunos que hace tres años un millonario llamado Jimmy Walter ofreció un millón de dólares a quién pudiera demostrar científicamente si las torres gemelas pudieron caerse del modo que lo hicieron a no ser por cargas explosivas.
Pero parece evidente que los terroristas de al-Qaeda perpetraron de algún modo los atentados puesto que diez de ellos se alojaron cerca del aeropuerto de Logan, de donde salieron dos de los cuatro aviones utilizados el 11-S y aquí ya tenemos la típica dejadez en materia de seguridad en instalaciones donde sus responsables piensan que no va a pasar nada y si pasa creen que no volverá a ocurrir una segunda vez. La consultora norteamericana Boyd Group colocó antes del atentado a Logan en la cola en cuanto a seguridad en aeropuertos de USA (en la Revista SAFE WORLD puede leerse el artículo Medidas de seguridad aérea: ¿es arriesgado volar?, donde se dice lo estrictos que son los norteamericanos sobre este particular). Con respecto a un ataque por aire pudo deberse a la imposibilidad de destruir las torres gemelas desde tierra, lo que pudieron comprobar ocho años antes del 11-S. Probablemente, justo después de aquel primer intento fallido, comenzó a planificarse el segundo ataque.
Pero el 11-S es un ejemplo de hasta donde puede llegar la desidia en seguridad con inmigrantes irregulares andando a sus anchas por Estados Unidos que no entraron precisamente por ninguna forntera escondidos sino por la puerta grande, o sea, con la excusa de que iban a estudiar unos cursos, lo que nunca se comprobó. Desde luego, el suceso sirvió para volver más rígida la política sobre inmigración. Por lo que hemos podido ver, al-Qaeda suele repetir allá donde sus anteriores atentados no salieron como esperaban y en cuanto al 11-S hubo un avión que no impactó en su objetivo, aquel que supuestamente cayó antes de llegar porque sus pasajeros se enfrentaron a los terroristas.
Puestos a pensar en tramas conspiratorias, simpre habrá una explicación más o menos convincente para justificarlas, pero lo más sensato es adoptar medidas de seguridad más efectivas para evitar nuevos atentados, sean quienes sean los autores. ¿Habrá en el futuro otro 11-S? Hemos visto como hubo otro en 1993 y practicamente todos los analistas coinciden en que el 11-S pudo evitarse si se hubieran seguido las más elementales medidas de seguridad, pero al-Qaeda suele repetir objetivo, por lo que se ha podido comprobar, cuando el primer intento falla. Si hubo un avión que no llegó a su objetivo, ¿volverán a intentarlo? ¿cuál era el objetivo?
Adolfo Estévez y Ahmed Rubi