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IconCENTRO INTERCONTINENTAL DE INVESTIGACIONES SOBRE TERRORISMO

La Península Ibérica, refugio del yihadismo global


Los Cuerpos de Seguridad españoles han detenido a casi 400 presuntos terroristas vinculados en mayor o menor medida a la organización de Ben Laden, desde el 11-M.

Desde España, se envían a focos de insurgencia como Afganistán, Líbano o Irak a muyahidines que en la Península Ibérica reciben un adiestramiento ideológico en algunas mezquitas, oratorios u otras dependencias, muchas de ellos, locales clandestinos.

En otras ocasiones, solo se hacía apología del terrorismo como el último caso descubierto en Granada, donde fue detenido este mismo mes un militar acusado de colgar en Internet vídeos elaborados por él mismo, incitando al Yihad.

Por otro lado, España tiene las ciudades mas reivindicadas por los islamistas radicales al considerarlas míticas para Islam como son, por ejemplo, Granada o Córdoba como capitales que han sido de reinos andalusíes y último bastión musulmán en Occidente (Mustapha Setmarian, en la fotografía, uno de los lugartenientes más sanguinarios de Ben Laden, vivió y trabajó en ambas ciudades).

Se calcula que en torno a cuatro o cinco musulmanes residentes en España se trasladan mensualmente a Irak, Afganistán, Chechenia, Líbano u otros lugares en conflicto para luchar como soldados de Allah.

Cataluña se lleva la palma en cuanto a detenciones con 130 islamistas que aún permanecen en la cárcel y que fueron detenidos en alguna de las cuatro Provincias catalanas. Cuatro quintas partes de las operaciones policiales contra el yihadismo en España se han desarrollado en Cataluña donde existe una importante comunidad salafista, especialmente en Tarragona, si bien el Barrio del Raval en Barcelona ha sido testigo de varias de esas operaciones policiales.

Le siguen en número de detenciones, Ceuta, Melilla, Andalucía, Madrid y Valencia, preocupando seriamente a las Fuerzas de Seguridad el dato de las dos ciudades norteafricanas puesto que en proporción poblacional con respecto a las Comunidades Autónomas mencionadas, la cifra resulta muy llamativa, no obstante son continuamente reclamadas en los vídeos propagandísticos de al-Qaeda.

El gran problema actual en la lucha contra el terrorismo yihadista en España es que no existe una política común entre jueces y Cuerpos de Seguridad puesto que para los primeros resulta fundamental dejar clara su vinculación activa a las redes terroristas por lo que no aceptan los consejos de previsión sobre terrorismo que tanto Cuerpos de Policía como analistas expertos en la materia recomiendan. Debido a que en algunos casos las pruebas no eran lo suficientemente contundentes aunque la sospecha fuera muy clara, más de 250 detenidos por participar presuntamente en actividades yihadistas han sido puestos en libertad, dificultando notablemente el trabajo policial y de los Servicios de Información.

Tanto la red de Abu Dahdah, quién vio rebajada su condena inicial de 27 años de cárcel a tan solo doce a pesar de estar vinculado al atentado del 11-S y posiblemente a las masacres en territorio europeo en 2004 y 2005 (Madrid y Londres, respectivamente), como “Ayachine”, el argelino que montó la primera red yihadista de Internet desmantelada en España, indican que España es un objetivo de primer orden para el Yihad global. Pero hay otros ejemplos que dan más fuerza a este argumento como la red de “Los sin vicio”, liderados por Mohamed Mrabet, una avanzadilla de AQMI en la Península Ibérica o al-Andalus, como la conocen los islamistas. Esta filial de al-Qaeda, heredera de los salafistas argelinos del GIA y del nebuloso Grupo Islámico Combatiente Marroquí, ha contado con numerosos activistas, algunos detenidos, como Omar Nakcha o Mohamed Acraf y otros aún moviéndose por España y Portugal, traficando con armas y adiestrando a futuros muyahidines que envían posteriormente a Irak y otros Países, donde completan su adiestramiento para volver a Europa donde llevar a cabo atentados.

El caso de Acraf merece una atención especial por parte de los jueces penitenciarios puesto que montó una red yihadista desde la cárcel de Topas, en Salamanca, que estuvo a punto de atentar contra la Audiencia Nacional.

 
 
 

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